Hoy mientras caminaba hacia la oficina reflexionaba acerca de nosotros,
de esta relación tan hermosa que inicio con un par de mensajes intercambiados por Hi5,
“2008…” el inicio de aquello que para nada hacía creer que llegaría hacer lo que hoy,
Ha pasado el tiempo, con sus lluvias, sus fríos y sus días calurosos…
Y tú sigues aquí para mí y yo sigo aquí para ti…
Comienzan a reunirse un cúmulo de años, mismos que se ven reflejados en mi cuerpo ya un poco cansado pero que se aferra a seguir con la frente en alto; las manecillas del reloj que no se cansan de su lento caminar, que no para, que no cesa, como un imperdonable dictador mudo que sigue su andar atento a todo lo que pasa pero sin expresar la más mínima palabra, y pasa, y pasa sin parar, mientras tanto tú sigues aquí para mí y yo para ti…
Y así como para el tiempo es inevitable su andar, hay algunas etapas en nuestras vidas en la que es igualmente inevitable no parar y darnos un tiempo para recorrer nuestro pasado y sonreír, apenarnos, acongojarnos o alegrarnos de todo lo vivido; yo por ejemplo cada que te recuerdo sonrío, y me alegro de que hayamos conformado un pasado y de seguir en este presente juntos…
Levanto mi mirada al futuro y te veo en el, ahí, como siempre para mí y al igual me veo ahí para ti… con los escasos minutos tan breves en los que te puedo tener frente a mi o detrás de las cortadas conversaciones diarias a través de la pantalla que ha sido mediadora de esta hermosa relación, misma que le dedo a la mutua paciencia, a la extensa comprensión y a los leales sentimientos que nacen de tu ser y mi ser…
Pasa el tiempo, pasa el otoño con las hojas de los arboles que caen como lluvias doradas, y las hermosas primaveras que con su fresco verdor nos hacen brotar más de un suspiro; pasa el tiempo y cierro mis ojos y al abrirlos sigues ahí para mí y yo sigo para ti.
Te quiero, te amo, te amo, te adoro!
No hay comentarios:
Publicar un comentario